La importancia de la fisioterapia de suelo pélvico tras una cirugía de hemorroides
- María León Montañés
- Nov 3
- 2 min read
Las hemorroides son venas que se dilatan o inflaman a nivel del canal anal y que dependiendo de la gravedad de las mismas pueden generar síntomas molestos como:
Picor o escozor anal
Dolor o sensación de presión
Sangrado al evacuar
Bultos o prolapso hacia el exterior.
Estas molestias suelen estar relacionadas con factores como el estreñimiento crónico, el esfuerzo al defecar, el emarazo, el sedentarismo o una disfunción a nivel del suelo pélvico.
Cuando los síntomas son muy molestos y persistentes puede ser necesaria la cirugía (hemorroidectomía).
La cirugía de hemorroides, aunque suele resolver los síntomas más molestos como el sangrado, el picor o el dolor, no siempre pone fin al problema de raíz. Detrás de muchas hemorroides hay una disfunción del suelo pélvico, y si no se aborda, los síntomas pueden reaparecer o dejar secuelas como dolor, tirantez, dificultad para evacuar, fisuras...
Después de la cirugía, es normal sentir molestias, miedo a ir al baño o notar cambios en la sensibilidad anal. Esto puede llevar a alteraciones del patrón defecatorio (estreñimiento, esfuerzo excesivo o una descoordinación en la musculatura anal), que pueden retrasar la recuperación.
En fisioterapia de suelo pélvico trabajamos para:
✅ Mejorar la movilidad de los tejidos y cicatrices.
✅ Recuperar la coordinación entre el abdomen y el suelo pélvico.
✅ Reeducar el reflejo defecatorio y optimizar el tránsito intestinal.
✅ Prevenir recidivas o complicaciones a largo plazo.
La recuperación tras una hemorroidectomía no termina en quirófano. La fisioterapia es clave para restaurar la función, aliviar molestias y volver a una vida normal sin miedo al baño.
En Pelvicocare acompañamos este proceso de forma individualizada, cuidando tanto la parte física como la funcional.

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